Hoy os dejamos con la versión en castellano de este artículo de Marta Baleriola, con ilustraciones de Andrés Tomás Albertos, disponible en Euskera en el número 20 de RumblE!
El Genji Monogatari (la Historia o Novela de Genji) es una historia japonesa de principios del siglo XI. Cuenta la vida, intrigas y aventuras del príncipe Genji y la corte en la vive (ficticios, pero reflejo de la corte en la que vivía la autora). Gracias a la profundidad psicológica de los personajes, la longitud y la unidad de su trama (aunque transcurre durante cuatro generaciones), se considera la primera novela psicológica de la Historia. Su autora, a la que conocemos por el pseudónimo de Murasaki Shikibu, fue una dama japonesa que vivió a caballo entre el siglo X y XI, en el período Heian.
Quizá no es casual la aparición de la primera mujer novelista en ese momento de la historia; de hecho, casi todas las autoras importantes del período Heian, en distintos géneros literarios, fueron mujeres. La razón habría que buscarla en la grandísima importancia concedida en Japón durante dicho período a la lengua y la literatura chinas, que fueron consideradas como las únicas aptas para los estudiosos, el clero y los funcionarios. La veneración por la producción cultural china era tal, que los ideogramas chinos eran los en los que únicos la sociedad aceptaba que un hombre pudiera emplear para escribir de modo elegante. Las mujeres, por el contrario, podían hacer uso libremente de la grafía fonética kana, que permitía escribir en lengua japonesa de modo eficiente. Puesto que la japonesa era la única lengua hablada (el chino, pese a su gran consideración social, quedaba reservado para la literatura), al expresarse en tal lengua, la suya propia, las mujeres contaban con ventaja sobre los hombres, y alcanzaron una maestría mayor que estos a la hora de plasmar palabras sobre papel. Otras razones que contribuían a este predominio de las mujeres en la literatura, por otro lado, estaban relacionadas con la vital importancia que los relatos (los monogatari) tenían en la vida de las féminas de la alta sociedad: obligadas por razones sociales a llevar una vida muy sedentaria, que transcurría casi permanentemente entre las paredes del hogar, la lectura de relatos japoneses permitía aligerar el paso de las horas, al tiempo que abría una ventana al mundo exterior.
Con todo, no fue tan monótona la vida de la autora del Genji Monogatari. Murasaki Shikibu nació en torno al 973, en una rama poco importante, pero muy culta, de la poderosa familia Fujiwara; su bisabuelo había sido un poeta de cierta notoriedad, y su padre se rodeaba de intelectuales. Como la mayoría de familias poderosas del período Heian, eran funcionarios públicos, para los cuales la importancia de los estudios clásicos chinos resultaba fundamental; la erudición era una cualidad muy importante para medrar entre el funcionariado cortesano. Puesto que también él se preparaba también para seguir una carrera estatal, el hermano de Murasaki hubo de estudiarlos, y aunque para las mujeres una instrucción superficial en las mismas obras bastaba (de hecho, un conocimiento profundo de las mismas estaba mal visto, al considerarse poco femenino), este tabú social no detuvo a Murasaki, a la que su padre permitió estudiar junto a su hermano, convirtiéndose así en una de las damas más instruidas de su tiempo. A esto hay que añadir que, como la mayoría de mujeres de su clase social, tenía un extenso conocimiento de los monogatari japoneses.
Tal vez fuera su erudición lo que asustó a posibles pretendientes, o tal vez otras razones desconocidas, pero se calcula que tendría en torno a los 21 al contraer matrimonio; se trata una edad bastante tardía para una doncella del período Heian. Su marido era un pariente, al parecer bastante mayor que ella. Juntos tuvieron una hija, que también fue escritora, antes de que él muriera pocos años después de la boda.
En torno a 1005, tras unos cinco años de viudedad, su padre logró para ella un puesto en la corte, como dama de honor de una de las esposas del joven emperador Ichijō. La emperatriz, Fujiwara no Shōshi, era también pariente de Murasaki, y entre las damas de su séquito se encontraban otras autoras de categoría, con las que Murasaki parece haber tenido cierta rivalidad. Si la autora de Genji Monogatari no había comenzado ya la redacción, parece probable que la iniciara entonces, ya que existen testimonios que indican que el relato circulaba por la Corte desde al menos 1008. En 1011 Ichijō murió, y su viuda se trasladó a un palacio algo más retirado con su séquito, del que la escritora continuó formando parte.
Los últimos años de la vida de Murasaki son confusos; se desconoce con seguridad qué fue de ella. La fecha tradicional de su muerte es 1014, pero otros autores la retrasan hasta 1025. También el lugar es confuso, ya que dice la leyenda que se retiró del mundo para hacerse sacerdotisa, mientras que otros estudiosos sostienen que permaneció en la corte de la emperatriz Shōshi hasta su muerte. El Genji Monogatari, en cualquier caso, estaba completo en 1022. Recibido desde el principio con entusiasmo por los lectores, el paso de los años no ha hecho más que contribuir a su fama, consagrándolo como uno de los grandes clásicos de la literatura japonesa y universal de todos los tiempos y convirtiendo a Murasaki Shikibu en una autora de fama imperecedera.